Creo que no me equivoco si afirmo que pocos conocen lo que está pasando en el Cuerno de África, en general. Hoy es el día de las víctimas, hoy es el día en el que las vamos a recordar. Pero para recordar hay que saber primero lo que ha pasado...
Allá por el mes de octubre del 2011 varios europeos (entre ellos dos españoles) fueron secuestrados en tierras keniatas, y según todas las informaciones, trasladados a Somalia. Todo el mundo da por seguro que el secuestro fue un trabajo de al-Shabaab, aunque ellos niegan la mayor. Fue entonces cuando comenzó una operación militar. Primero los keniatas, después se unieron los etíopes, y finalmente los dos con ayuda de la Unión Africana (un intento de organización que aspira a ser algo como la UE) están luchando contra el terrorismo y apoyando al gobierno de transición de Somalia.
Es curioso, han muerto muchísimos soldados en las refriegas, y ahora también hay civiles heridos por las respuestas terroristas en tierras keniatas, como nos enterábamos esta mañana, pero poca información transciende de estos hechos terroristas. Y no creo que sea por no desestabilizar la región (¿más?) y ahuyentar el turismo.
Se imaginan ustedes que nosotros tuviéramos un gobierno que cuando fue formado se encontrara físicamente en París, por ejemplo, y que luego, apoyado por grandes potencias hubiera sido legitimado y le hubieran dado el apoyo para entrar en Madrid por la fuerza.
En febrero, se reunieron todos los que saben del Cuerno para hablar, pero lo hicieron a más de 5.000km de dicho Cuerno, en concreto en Londres. Con estas charletas, que duran apenas unos días, quieren terminar con la piratería marítima, con los secuestros y darle fuerza a un gobierno que ha vivido más tiempo fuera que dentro del país. A veces, cuando no pensamos en los actos que cometemos nos estalla el mechero en las manos. Cuando a una sociedad tribal como la Somalí le intentamos imponer un gobierno único, a pesar de los numerosos clanes que pueblan la región, no nos damos cuenta de que el modelo occidental no encajaba bien en una cultura tradicional y aún fortísima. Y en cierto modo legitimamos las acciones de los terroristas, que quieren volver a tener un control sobre su propia población y el derecho de elegir su forma de gobierno. El problema es que no nos gusta que su elección sea la Sharia, y lo entiendo profundamente, pero intentar cambiar las mentalidades a golpe de mortero no será nunca la solución. Mientras les quede aire que respirar, y armas de contrabando procedentes de algún recóndito sitio del mundo, la respuesta será siempre terrorista.
Atentado en Kenia
Los secuestros
Las cooperantes secuestradas
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